La contaminación del aire en Lima Metropolitana desata un impacto devastador en la salud pública y los ecosistemas. Las partículas tóxicas generan problemas agrícolas y alteran la calidad de vida de los limeños. Es fundamental que las autoridades actúen de inmediato para mitigar estos efectos y asegurar un entorno.
La contaminación del aire en Lima Metropolitana no solo afecta directamente la salud respiratoria, sino que también desencadena una serie de contaminaciones secundarias en el suelo, el agua y el ambiente urbano, generando un efecto dominó en los ecosistemas y en la calidad de vida de sus habitantes. Estas consecuencias no son tan visibles como los problemas respiratorios, pero su impacto puede ser devastador a largo plazo.
Las partículas suspendidas en el aire, como el dióxido de azufre (SO₂) y los óxidos de nitrógeno (NO₂), se depositan en el suelo, alterando su composición natural y afectando su capacidad de sostener plantas y microorganismos esenciales. La acumulación de estas partículas en el suelo puede tener efectos severos en las áreas agrícolas cercanas a Lima, como indica el Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía (INTE-PUCP), ya que las sustancias tóxicas en las partículas pueden inhibir el crecimiento de cultivos importantes y reducir la fertilidad del suelo.
Otra consecuencia grave de la contaminación aérea es la formación de lluvia ácida, que se produce cuando los contaminantes atmosféricos reaccionan con el vapor de agua y, al precipitar, acidifican fuentes de agua dulce como ríos y lagunas. Esta agua acidificada afecta la vida acuática, altera el pH de los ecosistemas y reduce la disponibilidad de oxígeno en el agua. Según el biólogo Anderson Huayna, esto puede generar un desbalance en las especies acuáticas y, eventualmente, afectar la cadena alimentaria, desde los organismos más pequeños hasta aquellos que dependen de los peces y mariscos como fuente de alimento.
En el ámbito urbano, la contaminación del aire también contribuye a la creación de «islas de calor». Estas áreas, generalmente cubiertas de concreto y asfalto, retienen calor debido a la falta de vegetación y a la emisión de gases de efecto invernadero que quedan atrapados en la atmósfera. Este fenómeno de altas temperaturas en zonas urbanas como Lima no solo agrava los problemas de salud, sino que también incrementa el uso de energía para refrigeración y aumenta el costo de vida. El ingeniero físico Michael Vera, líder del proyecto BeeGOns!, resalta cómo estas temperaturas elevadas pueden exacerbar problemas respiratorios y cardiovasculares, afectando especialmente a los sectores más vulnerables de la población .
Las implicaciones económicas de esta cadena de contaminación tampoco son menores. La degradación del suelo y el agua impacta la producción de alimentos, pues los cultivos expuestos a suelos contaminados rinden menos y pueden estar contaminados con trazas de metales pesados. A su vez, el costo del tratamiento del agua potable incrementa cuando las fuentes hídricas están afectadas por la lluvia ácida. Todos estos factores contribuyen a un círculo vicioso de contaminación y gasto económico que afecta tanto la salud de las personas como los recursos públicos necesarios para enfrentar los daños ambientales.
Para mitigar estos efectos, las autoridades deben adoptar un enfoque integral. Es necesario no solo reducir la contaminación del aire, sino también evaluar y remediar sus impactos en otros ecosistemas, como el suelo y el agua, para salvaguardar la salud pública y el medio ambiente en el largo plazo.
Redactado por: Juan Cabello y Jeferson Geronimo Castillo.